El pasado jueves, una comida de trabajo me llevó hasta el restaurante Kate Zaharra, situado en las inmediaciones de Artxanda, en la carretera de Santo Domingo.
He de admitir que no conocía el restaurante, pese a que se trata de unos de los restaurantes TOP que tiene Bilbao en las inmediaciones.
Lo primero que destacaré es que el sitio es precioso. Empezando por el exterior, en forma de caserío con su jardincito, su terracita y con esas vistas privilegiadas sobre el Botxo... y continuando por el interior, donde cada rincón está decorado con máximo detalle.
De entre todos los detalles y recovecos del restaurante Kate Zaharra cabe destacar tres por encima del resto:
- El primer rincón que destacaría sería la bodega, situada en la planta inferior y cuya belleza solamente podría comparar con la bodega del Andra Mari.
- El segundo rincón sería "la habitación de los deportes", un curioso salón en el cual hay dos camas, como si de una habitación juvenil se tratase, cubiertas de todo tipo de accesorios deportivos (camisetas firmadas, etc) que distintos protagonistas han ido aportando.
- Y por último, pero no menos interesante, el mirador, situado en la planta superior, y desde el que podremos disfrutar de una buena copa relajados en un cómodo sofá mientras disfrutamos de una de las mejores vistas de Bilbao.
La mayoría de las mesas están dispuestas de forma que permitan disfrutar de las vistas que hay desde el restaurante, uno de los principales activos del local y que explotan de forma brillante.
La cocina del Kate Zaharra es 100% cocina tradicional vasca, una cocina que dicho sea de paso es la que mejor encaja con el entorno y el aura del local. El compromiso del Kate Zaharra con la materia prima es total. Todos los pescados y mariscos del expositor tenían un aspecto fabuloso.
El menú que ibamos a disfrutar era un menú de grupo, con varios entrantes concertados además de un principal y un postre a elegir.
Comenzamos los entrantes con unas raciones de jamón cortado a cuchillo que estaba buenísimo, de los mejores que he probado ultimamente. Acompañando al jamón sirvieron unas cuantas lonchas de lomo ibérico que no se quedaba atrás en cuanto a calidad.
A continuación llegaron las mollejas de cordero empanadas con patatas, un plato no demasiado vistoso en cuanto a presentación pero que resultaba excelente en boca. Las mollejas aparecían bien desgrasadas del aceite de la fritura, al igual que las patatas aromatizadas con láminas de ajo.
Para continuar nos sirvieron un pimiento verde relleno de txangurro y salsa de marisco que me sorprendió mucho tanto en concepto como en sabor. Se trataba de un pimiento de buen tamaño relleno generosamente de un txangurro casero delicioso. Por sacarle alguna pega, encontré algunos trozos de cáscara del marisco en el txangurro.
El último entrante de nuestro menú concertado era la especialidad de la casa: cocido de garbanzos con bogavante, una combinación cuando menos, chocante (y sin haberlo pensado, me ha salido un pareado :-D
No estaban malos, pero para mi gusto no terminaban de encajaban en el menú que estabamos consumiendo. La ración además era bastante grande y con lo que llenan los garbanzos me pareció demasiada comida teniendo en cuenta que llevabamos un par de platos que quedaban otros tantos.
Con todo y eso, el caldo del cocido me pareció delicioso pero el resto del plato no me convenció. Además, el trozo de bogavante que me tocó en suerte apenas tenía "chicha" :-(
Llegaba el turno ya para los principales. Nos ofrecieron prácticamente de todo, destacando los pescados a la brasa (lubina, besugo, rodaballo...) todos salvajes. Otra especialidad es el bacalao, en todas sus versiones (Vizcaína, Pil-pil, Club Ranero...). También carnes, destacando el txuletón.
Visto el expositor de la entrada, me decanté por el pescado, prácticamente como todos los de la mesa. Triunfó sobre todo el rodaballo a la brasa (un bicho para 7 personas), aunque las raciones se me hicieron un poco pequeñas.
Quienes eligieron txuletón quedaron contentos, pero personalmente creo que se equivocaron. Ni la carne tenía demasiada buena pinta ni la presentación (sin brasas o infiernillo). Creo que el Kate Zaharra es un restaurante para comer pescado principalmente. Para comer txuletón hay otras opciones a pocos metros que considero más adecuadas.
Por mi parte, yo me fuí a por el besugo a la brasa cuya ración se me hizo un poco más pequeña de lo esperado.
En general estaba bueno aunque la presentación no era muy allá... En cualquier caso, creo que debí haber apostado por el rodaballo que tenía una pinta brutal.
En el turno de postres, elegí la tostada de carnaval sobre natillas, que me flambearon al momento. ¡Deliciosa!
Con el tema del precio del Kate Zaharra no puedo ayudaros ya que no llegue a ver la carta ni la cuenta... pero por el aura de elitismo que desprende el sitio, no tiene pinta de ser un restaurante barato precisamente...
En resumen, el Kate Zaharra es, por entorno, decoración y cocina, uno de los restaurantes top de Bilbao y sin duda un sitio a conocer.
Su alto precio y el ambiente "rustico" lo hace recomendable sobre todo para ocasiones especiales, comidas de trabajo o celebraciones familiares. Para ir en pareja también puede estar bien, aunque no sería mi primera opción.
KATE ZAHARRA (Bilbao)
- Dirección: Zabalbide Kalea, 221, 48004 Bilbao, Bizkaia
- Teléfono: 944 46 13 47
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