Buscar artículos...

jueves, 5 de abril de 2012

Restaurante Ronquillo (Ramales - Cantabria)


Como os contaba en mi último artículo, el pasado sábado fuimos a Ramales a disfrutar de las III Jornadas Gastronómicas y del Pincho de Cantabria Oriental Rural.

Después de tomar unos pinchos por la zona, nos dirigimos al Restaurante Ronquillo, en donde habíamos reservado mesa para 14.


El Restaurante Ronquillo se encuentra situado en una gran casona de piedra recientemente remodelada a la entrada de Ramales (si venimos desde Colindres), justo tras la curva que da lugar a la recta que atraviesa el pueblo.

La zona de barra da acceso a un coqueto salón de unas 12 mesas y decorado aprovechando la propia piedra de la casa. A pesar de no disponer de tan solo una ventana, la mantelería blanca aporta una gran luminosidad al salón.


Una vez ubicados por la simpática camarera en nuestra mesa en forma de chupachups (varias mesas cuadradas terminadas por una redonda) nos dispusimos a disfrutar del menú degustación que David Pérez, jefe de cocina del Ronquillo, había preparado especialmente para las jornadas.


ENTRANTES

Comenzamos con tres entrantes, que se presentaron a la vez sobre un plato de pizarra:

En general me gustaron todos, tal vez el carpaccio lo que más y el gazpacho lo que menos, aunque también estaba rico.

También me sorprendió la anchoa, que se presentaba en forma de tapenade junto con aceitunas y alcaparras sobre una especie de galleta de tomate. El resultado quedaba muy sabroso.

Entrantes: Gazpacho de tomate y fresa con aire de queso "Peña Quebrada", Anchoa de Lotamar con tomate en texturas y Carpaccio de Jabalí con vinagreta de trufa.

PRINCIPALES

Tras los entrantes, seguimos con unos caricos de la zona (alubias). Se trataba de una buena ración, y estaban muy tiernas. Al no estar guisadas con matanza se notaban más ligeras. Como no podía ser de otra manera, las acompañamos con unas guindillas.
Caricos de la zona guisados con aceite picual
Tras las alubias, vino el plato que sin duda más me sorprendió. La albóndiga de verdel, al parecer, un plato típico de la zona ya que vimos que se ofrecía en varios restaurantes.

En este caso, se trataba, como su propio nombre indica, de una gran albóndiga hecha con verdel desmigado. Se presentaba sobre una cama de risotto hecho con caldo de carne, y hojas de berza del huerto ecológico del restaurante.

Sin duda un plato sorprendente y diferente a cualquier cosa que hubiese probado antes. Eso sí, no supe encontrar la vieira por ningún lado... ¿tal vez estuviese mezclada con la carne del verdel dentro de la albóndiga?
Albóndiga de verdel con vieira, azafrán y verduras ecológicas del Alto Asón.

El plato de carne de nuestro menú degustación era un guisado de carne de jabalí. He de decir que jamás había probado la carne de jabalí, pero siempre había oido que era carne tiesa con un sabor bastante fuerte.

Pues bien, no encontré ni una cosa ni otra en este plato. Es más, si no me hubiesen dicho que era jabalí hubiese jurado que se trataba de carne de ternera guisada con patatas. El resto de comensales (que sí habían probado jabalí) no llegaron a un consenso, por lo que me fuí con la duda de si el plato servido sería realmente jabalí (quiero creer que sí).

En cualquier caso, el plato estaba muy rico, pero creo que la ración fue demasiada porque casi ninguno de los comensales se la terminó.
Jabalí guisado

POSTRES

Por fín llegamos a los postres, que una vez más se presentaron en el mismo plato.

Detrás del rimbonbante nombre de los postres, se escondía poco más que "un plato pintado" que no me convenció en absoluto como comensal, aunque sí como aficionado al arte.

En primer lugar, el "Homenaje a las cascadas del Asón" era un brochazo vertical coronado con una galleta (de la zona, según nos aclararó la camarera).

En cuanto al helado, estaba rico, pero en mi caso fué del tamaño de una canica y apenas pude degustarlo. Se presentaba sobre unas natillas que había que rascar a conciencia para poder llenar un poco la cuchara.

Por último, en el centro del plato, un derrape de toffe casero.

En general, los menús degustación suelen completarse con postres contundentes para terminar de saciar a quién haya podido quedarse con algo de hambre. No fué el caso y pese a que nadie quedó con hambre tras el menú, los postres fueron sin duda el plato más flojo de la comida.

Postres, de izquierda a derecha: Homenaje a las cascadas del Asón, toffe casero, helado de queso y arandanos Finca los Cisnes con torta de mascarós "tocino de Casatablas".

El vino fué un Rioja Covalanas, joven. Pasó sin pena ni gloria... tal vez aprovechando las jornadas se podía haber servido un vino cántabro, que los hay y alguno bastante decente.

El servicio fue correcto en todo momento... todo lo correcto que pudo ser teniendo en cuenta que solamente había una camarera para todo el salón. No tuvimos queja.

En cuanto al precio, el menú degustación del Restaurante Ronquillo para las Jornadas Gastronómicas de Cantabria Oriental Rural costó 25€ por persona, precio que me pareció bastante correcto para la ocasión y para la cantidad de platos que pudimos probar. Además, las raciones de los platos principales eran bastante generosas lo que permitió que nadie se quedase con hambre (miedo habitual en los menús degustación).

En resumen, aprovechamos la excusa de las Jornadas Gastronómicas de Cantabria Oriental Rural para pasar un día genial por la comarca del Asón, y para disfrutar del menú degustación del Restaurante Ronquillo, un menú degustación bien dimensionado, aunque con algunos fallos para mi gusto, sobre todo en el postre.

Tanto el salón como el servicio fueron correctos y el precio del menú me pareció adecuado. Recomendaría el restaurante para grupos o comidas familiares. No me gusto demasiado para parejas puesto que coincidimos un par de grupos y había demasiado jaleo.

ACTUALIZACIÓN 05/04/2012
Acabo de recibir un email de David Pérez, cocinero del Rte. Ronquillo, con algunas aclaraciones y  apreciaciones acerca de este artículo que considero que debo compartir con vosotros. Allá van:

 Te doy mi palabra,de cocinero que era jabali,mi padre es cazador y aprobechamos temporada para guardar.Y que no este fuerte es el resultado, de que lo guisa mi madre desde hace 33 años igual ,el secreto es macerarlo con ajo y vino blanco no le hecha especias ninguna, solo una cantidad importante de cebolla roja de la zona,muy pochada.En la carta lo tenemos recomendado solo en temporada.
Sobre la albondiga lleva viera americana triturada y mecclada.Es por algerar los espacios de emplatado,ya que solo estoy con mi madre en la cocina,y lo hacemos todo ella y yo.
El postre es en verdad pequeño, pero lo pusimos mas grande al principio y la gente no comia la mitad. Pero tienes razon y no habia caido,las natillas las tenemos que poner en chupito,y el helado tengo que comprar una heladora mejor esta se rompio, estoy ahorrando, tu sabes.
Pero gracias por la critica, de los errores me dijeron una vez que se aprende. Llevamos 2 años habiertos el 10 de mayo, y solo estamos mi padre en la barra, mi hermana en el comedor, y mi madre y yo en la cocina, solemos tener extras pero el sabado nos fallo uno. Solo cocinamos cosas de temporada, no trabajo con conservas ni congelados, y creo que tenemos que mejorar mucho pero poco a poco.
Y de verdad de corazón, gracias por la critica.
Solamente puedo dar las gracias a David Pérez por sus aclaraciones. Ojalá muchos otros cocineros y propietarios se tomasen tan bien las opiniones. Un abrazo David, y mucha suerte.

ACTUALIZACIÓN 02/11/2013
Ayer día de Todos los Santos volví al Restaurante Ronquillo de Ramales. En primer lugar, decir que el Restaurante estaba hasta la bandera. Habían habilitado tres mesas en la parte del bar en donde nos quisieron acomodar, y que decliné. Preferí esperar a que se librara una de las mesas del comedor... Al mismo precio, prefiero comer en el salón que en la zona del bar.

Una vez en nuestra mesa, pedimos a la carta un entrante "Raviolis de chipirón" (11€) y dos principales "Jabalí guisado" (16,50€) y Carrilleras (15,40€). La camarera nos aconsejó que no pidiesemos nada más, y acertó.

Los raviolis de calamar fueron una maravilla. Raviolis de pasta negra rellena de chipirón troceado con salsa de setas. Buenísimos! Un plato sorprendente y de 10.

Raviolis de chipirón

En cuanto al guiso de jabalí, estaba muchísimo más sabroso que en mi anterior visita, en la que dudé de si era realmente jabalí. En este caso, el sabor era mucho más intenso. La carne estaba tierna y muy sabrosa.
Jabalí guisado
También pedimos las carrilleras, excelentes, con esa vetita de grasa que las hace deliciosas. El puré de patata y la salsa de hongos simplemente espectaculares.

Carrilleras
De postre pedimos la tarta fina de manzana, que se hace al momento. ¡Deliciosa! un broche de lujo a una comida excelente, aunque un poco subido de precio en relación al resto de la carta (7,15€ el dichoso postre)
Tarta fina de manzana

En total pagamos unos 27€ por persona, con agua y café. No me gustó que me cobrasen el pan (1,65€ por persona) aunque al menos, nos pusieron un cestillo de pan de varios tipos que merecía la pena.

Pan

Sin duda creo que el Restaurante Ronquillo de Ramales sigue haciendo méritos para convertise en una referencia de la zona. Faltan detallitos, como un poco de desorden en la gestión de las mesas, tal vez fruto de querer atender a más gente de la que el restaurante puede absorver.

Por lo demás, esta familia cada día hace las cosas mejor. Para mí, uno de los mejores restaurantes de la zona. Os recomiendo probarlo.

Restaurante Ronquillo‎ (Ramales - Cantabria)

Ver Restaurantes Castro Urdiales... y más en un mapa más grande

1 comentario:

Anónimo dijo...

no te preocupes, david, considerar estos comentarios critica...es como considerar a belen esteban periodista...

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
¿Te ha gustado el artículo? ¿Te ha resultado útil? Puedes ayudar al blog enlazándonos, compartiendo en tus redes sociales, dandonos un +1 en Google+ o simplemente dejando una opinión en los comentarios. Muchas gracias.